El breaking como manifestación juvenil: De las calles a los olímpicos
Job Emmanuel Alba Angel
Una de las prácticas culturales que ha tenido un impacto importante en las personas jóvenes a nivel mundial es el breaking (popularmente conocido como break dance). Su inicio, desarrollo y consolidación ha sido resultado de su poder social para cambiar realidades y posibilitar formas accesibles de ser, hacer y estar en el mundo, sobre todo para aquellas personas en condiciones de vulnerabilidad.
Lo que comenzó como formas alternativas y subalternas de hacer uso del cuerpo a través del baile, con fines lúdicos en su mayoría, ahora se ha convertido en un aspecto importante en la vida de quienes lo practican. Anteriormente era inimaginable pensar en la ocupación de espacios relevantes en el ámbito artístico, cultural y deportivo a través del breaking, sin embargo, hoy en día ya es toda una realidad.
Lo antes mencionado nos obliga a comprender las conquistas logradas de una comunidad, que durante mucho tiempo ha sido obligada a crear y proponer con nulos o escasos recursos, a través de su historia y su contexto.
El breaking visto como expresión artística del Hip-Hop
Para hablar sobre el origen del breaking es inevitable mencionar el origen de la cultura Hip-Hop. En general, se entiende como cultura Hip-Hop a aquellas prácticas artísticas y culturales definidas o encasilladas, en lo que los pioneros de esta cultura definieron y establecieron como los cuatro elementos: el Graffiti, el Dj, el Mc y el Breaking. Estos elementos enmarcados dentro de la cultura hip-hop fueron tomados como forma de vida por parte de la juventud a nivel mundial, en su mayoría, proveniente de sectores populares.
El breaking como uno de los elementos de la cultura Hip-Hop, se consideró por mucho tiempo una expresión artística pero en sus antecedentes podemos ver que responde a una situación más profunda: la solución de la violencia entre pandillas juveniles en el Bronx.
Justo como lo menciona Cristina Ahassi (2008; 19): ¨el break dance logra disolver la violencia entre pandillas… en lugar de pelear ahora resuelven sus conflictos bailando.¨ La realidad era compleja y el breaking brindó soluciones, puesto que la situación socio-económica de los jóvenes que comenzaron a reproducir cada uno de los aspectos de la cultura Hip-Hop era deplorable. Los jóvenes pertenecían a los barrios marginales de Nueva York, cuyos lugares de residencia eran denominados cinturones de pobreza: “esos barrios eran considerados grandes bastiones de delincuencia, la cual era producida y reproducida por pandillas conformadas principalmente por individuos afrodescendientes y latinos.”
En ese sentido, esta práctica de baile representó toda una propuesta cultural juvenil de los años sesenta teniendo como eje central los barrios periféricos de Nueva York, pues este baile, como se mencionó en el párrafo anterior, no se consolidó de forma aislada, sino que se reprodujo como una amalgama de características de diversa índole. El breaking visto desde un concepto cultural, tuvo la virtud de surgir dentro de un movimiento que posee valores, ideología y una forma de darle significado a una realidad, en ocasiones subalterna.
¿Qué es el breaking?
El breaking es un tipo de baile en el que están en juego un sistema de símbolos, expresados a través de cada uno de los movimientos de los b-boys (break-boy) o b-girls (break-girl) 1 . Un aspecto fundamental que cabe considerar en el breaking es su carácter combativo (característica principal de los elementos del Hip-Hop), el b-boy encuentra sentido a su baile en la medida en que perfecciona su estilo comparándose con el contrincante o con el miembro de otra crew o grupo de b-boys. En esta modalidad de baile resulta ganador aquel que sea creativo, original e innovador en sus movimientos.
1 Se le denomina b-boy y b-girl se refiere a aquellas personas que bailan breaking.
Las expresiones corporales que se realizan demuestran un nivel alto de significación, el cuerpo es usado para expresar, comunicar, sentir. Las técnicas que se generan son completamente corporales y se demuestran a través de pasos, movimientos, gestos y ademanes, muchos de ellos con un alto grado de complejidad.
El breaking ha sido influenciado por múltiples corrientes dancísticas, y tiene como resultado la creación de su propio lenguaje en el que se identifican la diversidad de movimientos. Para visibilizar lo antes mencionado, podemos nombrar algunos de los elementos que conforman el breaking: el Top Rock (bailar de pie), el Footwork (trabajo de pies y manos en el piso), el Power move (movimientos de poder o alto grado de dificultad) y los Freezes (posturas corporales congeladas), entre otros.
El breaking como deporte olímpico
Basándose en el componente físico que genera esta práctica, desde el 2017 el comité olímpico internacional observó el breaking como una disciplina deportiva. No obstante, fueron los juegos olímpicos de la juventud 2018 celebrados en Buenos Aires, Argentina, donde el breaking debutó como tal, pero fue en el año 2020 que dicho comité lo incluyó de manera oficial como una disciplina olímpica y con ello se aseguraba su participación en los próximos juegos olímpicos de París 2024.
Con este acontecimiento, finalmente se reconoció el grado de complejidad física que genera la práctica de breaking, y con ello, la amplia red de personas (b-boys, b-girls, promotores, gestores, etc.) que hace posible su vigencia después de más de cuarenta años de existencia. En ese sentido, para quienes se iniciaron en esta disciplina desde la década de los setenta hasta antes de su inclusión como deporte olímpico, la situación resulta muy alentadora puesto que era necesario un reconocimiento de esta magnitud que reafirmará su importancia en distintos espacios sociales.
El breaking en México
La práctica del breaking en México se ha manifestado durante más de 30 años y a lo largo de este tiempo, la comunidad se ha organizado de forma autogestiva e independiente para crear espacios de entrenamiento, competencia y difusión, es decir, se ha logrado que quienes participan en estos espacios han logrado un posicionamiento por y para la comunidad.
Ahora, con la coyuntura de la inclusión del breaking al formato olímpico ha permitido consolidar los nichos de trabajo ya existentes y generar nuevas oportunidades para transformar usos y costumbres legitimados por la comunidad referentes a las formas de competir, entrenar, evaluar y enseñar.
Asimismo, este reconocimiento olímpico ha permitido que quienes bailan hayan profesionalizado una actividad que surgió desde lo lúdico y la mayoría de las veces en la calle. Ahora, han podido capitalizar su conocimiento sobre el breaking logrando participar en eventos de talla internacional como entrenadores, jueces o competidores, incorporarse como docentes en centros educativos o bien, emprender algún proyecto vinculado con la impartición de cursos, seminarios y residencias. El breaking como disciplina olímpica viene a consolidar trayectorias y a ofrecer nuevas oportunidades de competencia y enseñanza desde un ángulo deportivo.
Como nota, tratando de ejemplificar la importancia del posicionamiento del breaking como disciplina olímpica, mencionaré el cambio que ha surgido en las vidas de aquellas personas en la ciudad de León, Guanajuato, que están activas en esta disciplina y que comenzaron a practicarlo cuando eran niños, adolescentes y jóvenes a finales de la década de los noventa y principios de los dosmiles. En aquellos años no se contaba con espacios y tampoco con redes de apoyo para generar mecanismos de expresión idóneos basados en las necesidades de estos (exceptuando el apoyo del Instituto Municipal de la Juventud a través del programa Respeto facilitando espacios como la Casa de la Juventud para su expresión), y que pese a ello, en el transcurso del tiempo se han logrado posicionar mediante la participación en competencias nacionales e internacionales, ya sea como competidores o jueces, así como el ser reconocidos como profesores de nuevos talentos.
El breaking visto como deporte olímpico abre brechas que permanecieron reducidas por varias décadas, convirtiéndose en un hito ya que permite que se ofrezca una posibilidad de ser para las nuevas generaciones con un soporte importante de la comunidad local, nacional e internacional de breaking, instituciones públicas y privadas. El breaking nació en el contexto de la calle y tuvo la virtud de consolidarse para acceder a nuevas oportunidades, muchas de ellas negadas históricamente a la comunidad. Esta coyuntura nos demuestra la capacidad de agencia y resiliencia de muchos grupos juveniles vulnerables y su capacidad para resistir y negociar desde la subalternidad. Al final, nos demuestra lo fuerte que puede llegar a ser una comunidad y lo que puede lograr si tiene perfectamente identificados y cohesionados sus objetivos, valores, prácticas y ejes ideológicos.
Referencias bibliográficas
Ahassi, Cristina (2008). Breakdance: del performance urbano al agenciamiento corporal.. Tesis (Maestría en Estudios de la Cultura. Mención en Comunicación).
Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador. Área de Letras. Citado en https://repositorio.uasb.edu.ec/handle/10644/646 en mayo de 2022.
Guiraud, Pierre (1986). El Lenguaje del Cuerpo. México, Fondo de Cultura Económica, 1986.
Le Bretón, David (2002). “Antropología del cuerpo y modernidad.” Primera Edición. Buenos Aires, Argentina. Nueva Visión.
Nateras, Domínguez Alfredo (coordinador) (2002). “Jóvenes, culturas e identidades urbanas.” México: Universidad Autónoma Metropolitana, México: Universidad Autónoma Metropolitana, Miguel Ángel Porrúa.
Ulloa Sanmiguel Alejandro (2004). “El baile: un lenguaje del cuerpo.”
file:///C:/Users/INJUG/Downloads/534-1342-1-SM.pdf. Citado en mayo de 2022.